miércoles, 7 de septiembre de 2016

Avanzando en el conocimiento de la Obesidad Infantil en España


Libro Blanco de la Nutrición Infantil en España
 
 
 
 
 
 
Estudio sobre la Situación de la Obesidad Infantil en España- DKV
 

 
 
Según la OMS, la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública a nivel mundial más graves del siglo XXI. España, concretamente, se sitúa el grupo definido con un porcentaje de más del 25% de exceso de peso, cerca de los países con cifras más altas.
La alimentación y la actividad física son factores clave en el desarrollo de la obesidad infantil. El sedentarismo se ha convertido en una amenaza para los niños y jóvenes, ya que pasan más horas sentados frente a ordenadores o videoconsolas. Podemos encontrarnos, si no hacemos nada, ante la paradoja de que en el momento histórico de más conocimiento y desarrollo tecnológico, las nuevas generaciones van a ser las primeras que vean reducidas su esperanza de vida respecto a generaciones anteriores.
Pero la obesidad y el exceso de peso no son simplemente un problema estético, sino que representan un verdadero problema social de salud, con importantes implicaciones a corto, medio y largo plazo, tanto físicas, como emocionales y sociales. Repercuten en la persona que la padece, pero también tienen consecuencias económicas y en el sistema sanitario.
Existen diversos factores psicológicos, sociales y emocionales que influyen en la posibilidad de tener unos hábitos saludables o no.
El vínculo afectivo seguro (llamado “apego”) es de gran importancia. Se ha demostrado que un vínculo inseguro en los 2 primeros años de vida se asocia con respuestas al estrés y conductas poco saludables que pueden conducir al riesgo de obesidad y sobrepeso a los 4-5 años y en la adolescencia, a los 15 años.
El vínculo influye en la introducción de la alimentación complementaria y aprender a gestionar adecuadamente la neofobia alimentaria, así como la atención adecuada a la autorregulación energética en el bebé y el niño pequeño.
El vínculo también es un factor fundamental para estimular el juego, la psicomotricidad y en la interacción lúdica entre los progenitores y otros adultos, y el bebé.
La familia, el ejemplo a seguir, ya que actúa como modelo de referencia en el que constantemente los niños se reflejan: comparan para aprender actitudes, comportamientos y estilos de vida.
Las actitudes paternas basadas en la autoridad, la seguridad y la firmeza, a la vez que con atención y el respeto hacia el niño (“crianza con respeto”) son las que ofrecen un ambiente afectivo más adecuado.
Un aspecto psicológico es la construcción de límites en el seno familiar. Se ha pasado de un modelo parental autoritario a un modelo mucho más laxo en el que a menudo no se establecen los límites adecuados, lo que influye en la elección de los alimentos o el exceso de permisividad con las golosinas o los horarios de sueño, por ejemplo.
Otro factor es la comunicación familiar. Aprovechar momentos como la hora de la cena o los fines de semana para hacer actividades conjuntas pueden suponer grandes oportunidades para establecer prácticas comunicativas entre padres e hijos.
Es positivo hacer sentir a los niños que son parte activa de las decisiones familiares, respetar y entender sus ritmos. Es positivo dejarles participar en actividades cotidianas como ir a la compra, preparar la cena, o la ropa para la excursión.
 

 

http://dkvseguros.com/obesidad-infantil
https://areadelprofesionalsanitario.dkvseguros.com/admin/MediaFiles/Documentos/Resumen_Estudio_obesidad_infantil2016.pdf
http://dkvseguros.com/obesidad-infantil/estudio-obesidad-infantil-en-españa
http://www.observatoriodelainfancia.es/oia/esp/descargar.aspx?id=4436&tipo=documento






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