La imagen deformada que lleva su pintura al terreno de lo grotesco es el componente de humor crítico que expresan sus lienzos. Conjugando gigantismo y humor, sus monstruos sobrealimentados, de vientres hinchados y actitudes rígidas, son una crítica sarcástica a la sociedad actual.
Tradicionalmente se
ha considerado a la familia como la más universal de las Instituciones
sociales, la unidad básica de la sociedad y la fuente de las primeras y más
poderosas influencias a las que está expuesto el individuo en todas las
sociedades.
De las definiciones que desde las diferentes
disciplinas se han construido sobre la familia, todas conservan básicamente lo
siguiente: la familia reúne a un grupo humano por afinidad, consanguinidad o
intereses comunes; tiene unas funciones sociales que le son inherentes y que si
bien pueden ser transferidas a otras instituciones, son de su responsabilidad
inicial, puesto que es en la familia donde el niño y la niña establecen sus
primeros vínculos sociales, incorporan el lenguaje y mediante éste, ellos son
incorporados a la cultura.
FUNCIONES
DE LA FAMILIA: “LA FUNCIÓN EDUCADORA”
La familia es la
protagonista indiscutible del desarrollo infantil ya que en ella se cubren las
necesidades básicas infantiles, se posibilitan los estímulos cognoscitivos y
afectivos, los modelos de referencia y las pautas de vida, que luego se
contrastan y son ellos los que evidencian niveles de coherencia y
complementariedad con otros sistemas de socialización y educación como el
escolar, repercutiendo en nuevas condiciones y posibilidades tanto individuales
como colectivas.
Dentro de las
necesidades infantiles que debe suplir la familia están las de carácter
físicobiológico, las cognitivas y las necesidades emocionales y sociales. Las
primeras se refieren a los cuidados en torno a la alimentación, la actividad
corporal, la protección o supervivencia, la higiene y el sueño, entre otras.
Las necesidades cognitivas se refieren a la estimulación sensorial, la
necesidad de exploración y de comprensión de la realidad a través de la
información y transmisión de valores en el contexto de una adecuada
comunicación con el adulto.
Entre las necesidades
emocionales y sociales están la seguridad emocional a partir de vínculos
afectivos que le sustenten al niño la propia autoestima y las competencias
sociales posteriores; necesidad de relación con el entorno, desarrollo de la
autonomía, de la propia sexualidad, y necesidad de disfrutar, recrearse, de
aprender y relacionarse.
En la influencia
educativa de la familia se han de tener en cuenta tres aspectos fundamentales:
la continuidad, la duración o tiempo de exposición, y el afecto que atraviesa
las anteriores. La fuerza y la especificidad de esa influencia familiar en la
educación infantil está cimentada no solamente en que desde muy temprano la
familia influye en el desarrollo social, físico, intelectual y moral de sus
hijos sino porque todo ello se produce sobre una base emocional tan fuerte que
queda marcado de por vida y el esfuerzo para transformar esas huellas tiene que
ser aún mayor, tanto si la intención, de modificar una creencia, un hábito o
una actitud es interna como si la modificación proviene del exterior.
La educación familiar
se circunscribe al ámbito de la educación informal, y se caracteriza por ser un
proceso permanente, sin estructuración preconcebida sino que las pautas van
surgiendo en la medida en que se den las necesidades. Este tipo de educación
tiene que ver con conocimientos, actitudes y conductas o hábitos, que se
adquieren mediante las experiencias de vivir en contacto con los demás, es
decir, en la familia se aprende por contacto directo en la vida cotidiana, a
partir de la observación y la imitación, siendo de gran importancia el modelado
del comportamiento de los mayores.
Cada familia crea su
modelo educativo familiar propio pues no todos los padres asumen de la misma
forma su responsabilidad educativa, y dicho modelo familiar está constituido
por el conjunto de creencias, hábitos, valores, mitos y propósitos que
fundamentan la acción educativa de los padres sobre sus hijos y la cual se
manifiesta en normas, estilos de comunicación, estrategias y pautas de conducta
que regulan no solo la relación entre padres e hijos sino la de estos entre sí.
(Gimeno, 1999)
La mayor parte de los
padres realiza las acciones de educación hacia sus hijos de manera espontánea,
aplicando la técnica del ensayo-error o reproduciendo el modelo vivido por
ellos mismos con sus padres, tomando la experiencia propia como referente a
seguir o como referente contrario, lo cual genera contradicciones entre deseos
y vivencias.
En relación con el
PEF –Perfil de Estilos Educativos Familiares- o EEF –Estilo Educativo Familiar,
o EEP –Estilo Educativo Parental-, en España se han explorado varios, entre los
cuales cabe mencionar el de Magaz y García (1998), que define dichos estilos
como “el conjunto de ideas, creencias, valores, actitudes y hábitos de
comportamiento de los padres y profesores respecto a la educación de sus hijos
y alumnos”.
De acuerdo con Baumrind
(1973), se pueden diferenciar tres estilos educativos paternos y maternos
fundamentales: Permisivo, Autoritario y Democrático, que facilitan un
desarrollo diferencial de las competencias intelectuales, emocionales y
conductuales de los hijos.
El estilo permisivo se caracteriza
porque los padres y madres ofrecen apoyo y ambiente afectivo a sus hijos, pero
tienden a evitar el ejercicio del control, permiten a sus hijos hacer cualquier
elección y efectúan pocas demandas para que el niño aprenda a responsabilizarse
de su conducta futura. Entre los efectos que este estilo produce en los niños
se encuentra que tienden a ser menos seguros y autocontrolables que otros
niños.
Los padres y madres
que siguen un estilo autoritario suelen emplear estándares para
controlar a sus hijos, con frecuencia valoran desmesuradamente la obediencia,
emplean castigos y medidas de fuerza para que sus hijos obedezcan, y restringen
su autonomía personal y sus oportunidades de tomar decisiones. Como
consecuencia, los niños tienden a ser desconfiados, tímidos, poco sociables,
dependientes, rebeldes, inseguros y poco felices.
Cuando los padres
utilizan un estilo democrático, emplean métodos dialogantes con sus
hijos, pero también esperan que se cumplan sus normas y expectativas. Valoran
la fuerza de voluntad, utilizan el diálogo y el debate, y emplean el lenguaje
de la estimulación, el razonamiento y el refuerzo para modelar la conducta de
sus hijos. Los efectos de este comportamiento parental en los niños suelen ser
un buen desarrollo de la auto-estima, del autocontrol, de la creatividad, de la
tolerancia a la frustración, de la responsabilidad, de la capacidad de tomar
decisiones, y de la aceptación de las consecuencias de las mismas.
A estos 3 estilos algunos
autores añaden un 4º Estilo Educativo “ El estilo Indiferente o Negligente”
LA CULTURA FAMILIAR Y LA SALUD
La
familia representa en sí misma, la esencia y existencia de cualquier sociedad.
La familia es como un recipiente de la herencia cultural que interioriza
normas, usos, costumbres y valores sociales transmitiéndolos a sus
descendientes. La familia es la garantizadora de la transmisión de la herencia
cultural, de generación en generación, a través de un proceso sencillo: la
socialización o la aculturación.
La
mayor parte de las personas confían en las tradiciones y en lo que digan las
madres o abuelas, sobre todo si ha criado a varios hijos sanos. Así, en el
pasado, un bebé gordo era un bebé bien nutrido y fuerte, con más posibilidades
de superar enfermedades, mientras que uno delgado significaba lo contrario.
Además, la obesidad históricamente se ha asociado con riqueza y poder e,
incluso en la pintura, los angelitos y el Niño Jesús son, casi sin excepción,
bebés rollizos y más que bien alimentados.
Esta
asimilación entre peso y salud todavía pervive entre muchos españoles, por el
hambre sufrida en la Guerra Civil. Finalmente, nuestra cultura concede un gran
valor a la maternidad, y durante mucho tiempo se ha considerado que una buena
madre alimenta bien a sus hijos, por lo que un niño gordito producía más
orgullo que preocupación.
Incluso
suele ser más preocupante para los padres el niño “que no come nada”, lo que
muchas veces sólo significa que no come todo lo que a ellos les gustaría.
LA FAMILIA COMO AGENTE
PROMOTOR DE ESTILOS DE VIDA SALUDABLES
¿Es la familia un
medio facilitador en la promoción de estilos de vida saludables y desde qué
momento?, ¿los estilos de vida saludables tienen prolongación en la edad
adulta? Y ¿los estilos de vida tienen una connotación global u holística?
La respuesta en
cualquier caso es afirmativa. SI, la familia puede, hace y debe hacer mucho por
el logro del bienestar y calidad de vida de todos y cada uno de sus miembros, a
nivel global u holístico.
Los estilos de vida
saludables vienen definidos en gran medida por la transmisión familiar, la
educación recibida, y el ambiente físico y social en que cada persona vive. El papel de la institución familiar es
fundamental en la promoción de estilos de vida saludables, teniendo una triple
proyección:
1. Educativa: crear
estilos de vida saludables desde los primeros años.
2. Socializadora:
realiza la socialización primaria de los hijos, al ser el entorno cotidiano
donde se actúa.
3. Preventiva: agente
preventivo al poner en acción estilos de vida saludables, de tal manera que,
desde temprana edad, contribuye a que adoptemos unos estilos de vida que
prevengan enfermedades y promuevan conductas saludables, que incidan en una
mejor salud y bienestar a lo largo de la vida.
La familia es un
contexto de ejemplo, imitación y consolidación a nivel global u holístico de
las conductas, valores y estilos de vida, etc., de las personas con las que se
convive y donde se van adquiriendo hábitos que poco a poco, moldean sus
preferencias y costumbres que durante la vida adulta estarán, en mayor o menor
medida, presentes. De hecho, los niños copian los comportamientos de sus
mayores, así por ejemplo, si los adultos realizan actividad física, les están
transmitiendo un modelo de vida activa y saludable.
Numerosas
investigaciones, organizaciones y medios de comunicación están centradas en
sensibilizar sobre la importancia de la adopción de estilos de vida
saludables fundamentalmente,
alimentación y ejercicio físico, desde la infancia (Organización Mundial de la
Salud, 2004; Domínguez- Vázquez et al, 2009; Fuster, 2010; Estrategia NAOS,
2005 y dentro del marco de dicha estrategia el programa piloto Perseo (6-10
años), 2008; y Estudios en KID (1998-2000); Telecinco en la campaña: 12 meses
12 Causas. Por una alimentación sana, 2008 y Antena 3 con El Estirón, entre
otras, 2012). También, muestran que la adopción de estilos de vida saludables
desde la infancia colabora a que los niños estén más sanos, y que las buenas
conductas en familia logren evitar problemas en la edad adulta y, en
consecuencia, favorezcan una mejor calidad de vida.
Una fórmula para promover
hábitos de vida saludable desde la familia es modificar el comportamiento de
los niños a través de experiencias de aprendizaje positivas: cocinar en
familia, probar nuevos platos, salir a pasear al aire libre, etc. y explicarles
las consecuencias de no llevar un estilo de vida saludable: obesidad,
trastornos de los comportamientos alimentarios: anorexia, bulimia y
sedentarismo, etc.
Resumiendo: La
familia es un agente promotor de estilos de vida saludables, y la práctica de
estilos de vida saludables desde la familia significa vivir mejor a nivel
personal y social.
LA FAMILIA ANTE EL ESTADO NUTRICIONAL Y
ACTIVIDAD FÍSICA DE SUS HIJ@S:
“INFLUENCIA DEL ENTORNO FAMILIAR EN LA OBESIDAD INFANTIL”
En la dinámica de la
educación familiar se aprenden conceptos sobre la salud, sobre el autocuidado,
sobre los alimentos, la actividad física; lo que a criterio de la familia es
bueno y lo que no, lo que hay que hacer para ganarse una compensación en dulces
o la privación de ellos por una reprimenda; lo que gusta y lo que se rechaza;
la forma de preparar y de comer los alimentos, las cantidades, los horarios,
las normas en la mesa, las alternativas de ocio y tiempo libre, además de que
se comprometen todos los sentidos respecto a lo alimentario, lo cual imprime un
gran valor a esta formación por estar atravesada de emotividad y afecto.
Si los padres
advierten que su hijo o hija pierde el apetito por una enfermedad y le obligan
a comer, están enviándole un mensaje inadecuado, pues el niño o la niña empieza
a asociar la comida con algo impuesto por sus padres y no la ve como el medio
de satisfacer una necesidad propia del organismo. Cuando el menor advierte que
sus padres se preocupan mucho y le imponen la comida o una actividad física, a
veces se produce en él un rechazo inconsciente hacia las mismas. En otros
casos, aprovecha la hora de la alimentación o de la actividad física para
obtener otro tipo de beneficio y así utilizar la comida o la actividad física
como artimaña para obtener lo que desea.
Uno de los
aprendizajes que hace el niño y la niña en el hogar se relaciona con el hábito
televisivo. Qué ver en la televisión, cómo hacerlo, a qué horas, cuándo, con
quién, por cuánto tiempo, haciendo qué, son algunos de los aspectos que poco a
poco en el menor configuran un hábito para el resto de vida. Adicionalmente,
han planteado algunos expertos que el abuso de la televisión resta tiempo al
juego y al deporte, estimula el picoteo de chucherías y la inclusión en la
alimentación diaria de los productos alimenticios anunciados, muy calóricos y
poco nutritivos, que fomentan trastornos nutricionales como la obesidad y la
hipercolesterolemia”. (Tirado, Barbancho, Prieto & Moreno, 2004)
En relación con el
estudio de los EEF (Estilos Educativos Familiares) y el estado nutricional
infantil y la actividad física de los menores, la fundamentación está en la
formación de hábitos alimentarios y de actividad física y del cuidado de la
salud, pues la familia constituye el componente de mayor influencia en el
entorno inmediato de niños, niñas y adolescentes, ya que desde que los padres
proporcionan ambientes de alimentos y comida y espacios de actividad física a
sus hijos, sus prácticas pueden influir en las de ellos de varias maneras, como
exponerlos a ciertos alimentos y ejercicios físicos ( juegos, deportes, tareas
cotidianas…) de forma activa, animarlos a consumirlos/practicarlos, incluso
presionarlos, o de forma pasiva, ofreciéndoles ciertos alimentos en la comida
habitual e incorporando los juegos, deportes en su día a día.
Aunque todas las
personas necesitamos en el transcurso de nuestra vida una alimentación
saludable, actividad física y un merecido descanso para fortalecer el cuerpo,
no podemos olvidar que el componente socio-afectivo ocupa un lugar igual
importante en nuestro bienestar y en lo cual en lo que la familia tiene mucho
que aportar. Sentirse valorado, querido, tener el sentimiento de grupo y poder
tomar decisiones son acciones que se aprenden en la familia, las cuales nos
mantienen activos y saludables, tanto como hacer las cinco comidas diarias o ir
a caminar diariamente.
ROMPIENDO MITOS
Conviene desmentir algunos de los mitos que existen en nuestra sociedad
sobre el exceso de peso.
1. El gordito feliz: no existe una personalidad única
que pueda definir a las personas con sobrepeso, hay tantos temperamentos como
niños gorditos. Aunque algunos respondan a la concepción tradicional de
regordetes extrovertidos, sociables y productivos, la realidad es que debajo de
esa máscara de felicidad se pueden esconder sentimientos de inferioridad,
pasividad, sumisión y necesidad de cariño.
2. El gordito sano: la creencia de que el aumento de
peso es saludable es falsa. Ese aspecto sano, casi imperceptiblemente va
dejando paso a un semblante “regordete” y finalmente “francamente obeso”, con
los importantes problemas vinculados al sobrepeso.
3. El gordito que adelgaza con el estirón: nada tan alejado de la realidad. Cuando la obesidad se inicia entre los
seis meses y los siete años de vida, el porcentaje de los que seguirán así de
adultos es del 40%, mientras que cuando se inicia entre los 10 y los 13 años,
las probabilidades son del 70-80%. Por eso no representa ninguna ventaja y sí
muchos inconvenientes esperar a que el niño gordito llegue a la edad adulta
para tratarlo.
4. Los niños deben comer mucho para crecer: aunque es cierto que durante el crecimiento se necesita una cantidad extra
de calorías, la energía que realmente se dedica a medrar es muy poca, apenas un
10 a un 20% más. Todo lo que se añada no servirá para crecer a lo alto, sino a
lo ancho, en forma de exceso de grasa.
5. ¡Es que ha salido a su madre/padre/abuelos! ¡Qué le vamos a hacer! Para contestar a esa afirmación, son muchos los estudios que se han
realizado y, aunque verdaderamente resulta difícil interpretar sus
resultados, se calcula que el factor genético es solo responsable del
25% del peso, y los condicionantes externos, del otro 75%. Lo que ocurre
más bien es que se adquieren una serie de costumbres de nuestros progenitores.
BIBLIOGRAFIA
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la familiahttps://www.ceapa.es/sites/default/files/uploads/ficheros/publicacion/Guia%20Panrico.pdf
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para la promoción de hábitos
saludables y prevención de la obesidad infantil dirigida a las
familias
http://www.fundadeps.org/recursos/documentos/581/Guia%20Promocion%20habitos%20saludables.pdfI Jornada de Familia, Salud y Sociedad “La familia como agente de salud”. The Family Watch
http://www.thefamilywatch.org/i-jornada-de-familia-salud-y-sociedad/
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estilos de vida saludables, The Family watch. Documento nº 51 (1 marzo 2014)
http://www.thefamilywatch.org/wp-content/uploads/RIDSPF51.pdf
La familia y la salud
http://cidbimena.desastres.hn/filemgmt/files/DiaInternacionaldelasFamilias.pdf
Obesidad Infantil y Dinámica familiar
http://www.consumer.es/web/es/salud/prevencion/2011/01/16/198262.phpEstilos educativos parentales y obesidad infantil, Tesis Doctoral
http://www.fao.org/fileadmin/user_upload/redicean/docs/Obesidad%20Infantil.pdf
El proteccionismo familiar impide
apreciar el sobrepeso en los hijos
http://www.marca.com/blogs/espanasemueve/2015/03/31/el-proteccionismo-familiar-impide.htmlCaracterísticas familiares de niños con sobrepeso u obesidad , Tesis Doctoral
http://www.enfermeria.fcm.unc.edu.ar/biblioteca/tesis/figueroa_erika.pdf
Ambiente Obesogénico
http://www.seriecientifica.org/es/serie-cientifica-latinoamericana-2013/que-es-un-ambiente-obesogenico
Obesidad
Infantil “Manual práctico
para el consumidor y usuario nº 78”
http://www.federacionunae.com/DBData/InformesFicheros/6_fi_Manual78.pdfParentalidad positiva y políticas locales de apoyo a las familias
http://www.femp.es/files/566-922-archivo/folleto%20parentalidad%201.pdf
Parentalidad positiva en Asturias:
http://www.observatoriodelainfanciadeasturias.es/documentos/f04032011114722.pdf
Programa-Guía
para el Desarrollo de Competencias Emocionales, Educativas y Parentales publicado
por el Ministerio de Sanidad y Política Social (Martínez González, 2009)
http://www.observatoriodelainfancia.msssi.gob.es/productos/pdf/programaGuiaDesarrolloCompetencias.pdf
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